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María Sostres, empresaria-fotógrafa en Benfumat

Hay personas que no se suben al tren de la vida y otras, en cambio, no quieren apearse porque se la beben a grandes sorbos para no escatimar ni un ápice de su tiempo en dudar qué pueden o deben hacer.

Actúan, valoran los riesgos, calculan los beneficios y se lanzan a proyectos que, para otros, serían una simple quimera.

Son enérgicas, impulsivas y decididas para alcanzar todo aquello que se proponen. Para ellas no hay nada imposible porque, en definitiva, todo es asumible.

María Sostres Tarrida, responsable de la empresa Benfumat desde 2013, decidió abandonar su vida de fotógrafa liberal para implicarse al 100% en el negocio familiar con el fin de consolidarlo, si cabe aún más, como una marca de prestigio y de referencia en el sector de los ahumados.

Licenciada en Traducción e Interpretación en lengua inglesa por la UAB, antigua alumna del Institut d’Estudis Fotogràfics de Barcelona y de la escuela ESCAC, que soñaba con ser directora de fotografía cinematográfica, es la mujer que lidera la transformación.

ENTREVISTAMOS A MARÍA SOTRES

¿Qué le hizo abandonar su vida de fotógrafa para convertirse en empresaria?

Benfumat ha sido y es el negocio de mi familia. Mi abuela, María Vidal, fue la fundadora del grupo Semon, que acabó en un concurso de acreedores, y ella siempre confió en mí para que llevara las riendas del negocio. Recuerdo que de pequeña me decía: “María, tú la empresa” … Y el tiempo le ha dado la razón.

¿No le dio vértigo?

Me dio vértigo, pánico y pavor… Representaba romper, a los 33 años, con una rutina y un ritmo de vida.

Trabajaba desde casa, tenía un horario y hacía un poco lo que quería, cosa que ahora es imposible. ¡No sabía lo que era la palabra estrés y lo descubrí de repente!

Antes me organizaba mi vida y ahora es la vida la que me organiza a mí. Además, mi abuela era toda una institución y yo no sabía si podría estar a su altura y eso me generaba dudas, recelos e inseguridades.

 

Cuatro años después ¿Aún tiene ese sentimiento de miedo?

No, la verdad es que no. Los 35 trabajadores que forman la plantilla me han recibido con los brazos abiertos, me han facilitado mi incorporación y, sinceramente, estoy encantada de estar al frente de Benfumat.

La María fotógrafa y la María empresaria son la misma persona. ¿En qué se diferencian?

En que la empresaria ha sacado a relucir el carácter que la fotógrafa tenía escondido. Ahora soy mucho más organizada y planificada, antes improvisaba todo lo que hacía porque, en cierta manera, solo dependía de mí.

¿Se ha lamentado en algún momento de este cambio de vida?  

En absoluto. Soy joven y estoy convencida de que no será mi última aventura porque la vida está llena de sorpresas y oportunidades. Me apasionan los retos porque son la sal de la vida. Me hacen despertarme cada mañana con ganas de hacer cosas nuevas… ¡Y si no tengo retos, me los invento!

Es una mujer vital, enérgica, decidida y con las ideas muy claras… ¿O me equivoco?

No, es cierto. Soy fuerte, tengo mucha iniciativa y carácter. Lo digo desde un punto de vista positivo porque creo que parte de mi sello personal se ha trasladado a Benfumat.

El sector ha percibido que estamos más presentes en el mercado, que innovamos y apostamos por nuestros productos. Hemos cambiado nuestra imagen para comercializar unos ahumados de primerísima calidad, entre los que se encuentra nuestro abanderado, que es el salmón. Tienen nuestro sello los lomos de eneldo, los de sésamo y los de alga y wasabi.

Por cierto, ¿le gusta mucho?

Me encanta, pero tengo que confesar que prefiero comerlo solo o con una gota de limón.

¡Ah, y no sólo el salmón! Dentro de la línea de ahumados me entusiasma la merluza, que está deliciosa y es perfecta para maridar en una ensalada veraniega.

 

Ha cambiado la imagen de Benfumat, ha apostado por nuevos sabores y por la exportación. ¿Cree que el futuro está en la especialización?

Sí, pero manteniendo constantemente los ojos abiertos para captar qué necesitan los mercados en los que estamos presentes o en los que queremos estar en un futuro. La cultura gastronómica no es igual en todos los países y, por esta razón, hay que abrir la mente y tener activados al 100% la vista y el olfato para poder avanzar.

Uno de sus objetivos es que, en ocho años, la exportación represente el 50%. ¿Eso significa viajar para negociar?

Exacto. He visitado muchos países, pero el que, tal vez, más me ha llamado la atención ha sido Dubái porque me ha permitido descubrir que se puede innovar en un producto como el salmón ahumado.

 

Mi pretensión es ampliar los puntos de venta, tanto a nivel nacional como internacional.

Por ejemplo, ahora hemos empezado a vender en los supermercados Carrefour cercanos a la frontera suiza tras comprobar que allí cuidan mucho los artículos de calidad.

En España, ahora se comercializa Benfumat en tiendas gourmet y en los supermercados de El Cortes Inglés. ¿Podremos encontrarlos en otros puntos de venta?

Esa es mi intención. Tenemos un producto fantástico, que está muy bien considerado desde el punto de vista nutricional y de salud porque el salmón ahumado es un pescado azul, rico en proteínas y con un alto contenido en Omega 3, que son las “grasas buenas” que, entre otras cosas, ayudan a reducir los niveles de colesterol.

Además, recientemente, hemos lanzado al mercado la línea sana y ecológica porque apuesto por una vida saludable.

Bowl de Bacalao Salvaje, arroz integral, verduras y salsa Saiko-miso (receta enlazada. Pincha sobre la imagen)

Por cierto, con esta vida tan intensa, ¿le queda tiempo libre?

¿La verdad?, no demasiado. Uno de los propósitos para 2018 es buscar un poco mi parcela personal.

¿Hay algo que eche de menos?

Confieso que me encantaría coger mi cámara, desaparecer por Barcelona y hacer fotos en busca de mis personajes.

Había trabajado en prensa, en el diario Avui y hacía de todo. Desde reportajes, como uno que hice sobre las prostitutas del Raval, hasta entrevistas a políticos y deportistas de élite.

Habrá alguna cosa a la que no habrá renunciado…

A los encuentros semanales con mi grupo de amigas. Son reuniones en las que me libero y me muestro tal y como soy: la María en estado puro.

 

¿Y a las vacaciones?

Digamos que antes las hacía al 100%.

Me iba de viaje, desconectaba el móvil y disfrutaba del verano, pero ahora ya no puedo hacerlo porque la fábrica está abierta los 365 días del año así que, si estoy en la playa o en la montaña, tengo que estar pendiente del teléfono.

Por cierto, este verano irá a…

La zona de Boí Taüll, para desconectar en la montaña, y a la isla de Formentera, para disfrutar de sus playas, aunque, eso sí, cuando no haya el bullicio del mes de agosto.

Fuente imágenes: Pexels

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